La Excepción a la Regla

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Recuerdo que en mis épocas universitarias como estudiante de Sociología, desaprobé  tres cursos con los que tenía buena relación académica. El primer curso en desaprobar fue Economía, y se debió a que según lo que el profesor me dijo verbalmente, yo había desaprobado el examen final del curso, pero nunca me entregó el examen para corroborar dicha información. Muy por el contrario, este profesor me pidió s/30.00 para poder aprobarme. Obviamente, preferí gastarme ese dinero en alcohol antes que dárselo a ese miserable

El segundo curso desaprobado fue Lógica, y en esta ocasión, la extraña profesora de este curso me argumentó que, al yo ser del signo Sagitario, era mejor que lleve el curso por segunda vez. Lógicamente, lleve el curso por segunda vez, pero no con ella, y obtuve un buen promedio académico, muy alejado de las predicciones zodiacales de aquella mujer

Finalmente, el último curso que desaprobé fue Estadística, pero en este caso debo reconocer que subestime este curso y no le di la importancia debida, por lo que merecí reprobarlo y llevarlo otra vez.

Pero, ¿a quién le importa mi pasado académico? Puede que a nadie; sin embargo, pensar sobre estos sucesos de mi vida me han llevado a reflexionar sobre ellos y relacionarlos con tópicos de mi otro ámbito de interés profesional: la Publicidad.

En primer lugar, puedo afirmar que la Economía y yo siempre nos hemos llevado de maravillas, y prueba de ello es que siempre aplico la relación oferta/demanda en mis actividades cotidianas; sin embargo, en toda regla existe una excepción y este aspecto es el más interesante de experimentar, pues deja abiertos muchos espacios para el análisis y la discusión.

Un claro ejemplo de esta excepción  se manifiesta en la actualidad, cuando no siempre se aplica la regla de que a una mayor oferta existirá una mayor demanda. Para ello, me centraré específicamente en el campo de la Publicidad y el Marketing, en donde el mercado presenta una considerable oferta de estudios a corto, muy corto y exageradamente corto plazo en diversas universidades, institutos, escuelas, agencias, influenciadores, coachings, entre otras. Para detallar algunos de los innumerables cursos/diplomados/talleres, pongo algunos a manera de ejemplo: Creatividad y Agencia, Marketing para Emprendedores, Como descubrir Insight, Todo sobre lo Digital.  Insight de Emprendimiento, Inmersión en lo Digital, Conviértete en Consultor de Marketing,  Se un  Estratega en Marketing Digital y Social Media ,Publicidad Integra,  Redacción y Planeamiento,  Activa tu  Creatividad, Gestores de Marcas,  Como hacer Proyectos Sociales Publicitarios, Planning Ya, entre otros.

Al parecer,  se está sobre poblando la oferta educativa  en este rubro sin considerar que la población (llámese demanda) cuenta ahora con un perfil más crítico y analítico, y que, antes de fusionarse con la oferta, actualmente considera mucho más los aspectos económicos (costos) y metodológicos de la enseñanza (rigurosidad), más allá del contenido de la Malla Curricular.

Considero que la trasmisión de conocimientos es un proceso pedagógico  y no puede ser impartido como si tratase de un conversatorio de amigos que carezca de una metodología de enseñanza. Con esto, no quiero deslegitimar a los excelentes y buenos profesionales que puedan estar dictando estos cursos, talleres, conferencias u otros; lo que quiero decir es que no solo es necesario contar con el conocimiento, sino también, saber trasmitirlo, inclusive en base a competencias claves, habilidades y destrezas que estas instituciones tendrían que estar en capacidad de poder detectar en cada uno de sus alumnos. Por ello el docente, además de manejar herramientas metodológicas que le permita comprobar que su conocimiento está siendo recibido y procesado por el alumno, también debe comprometerse a no convertirse en un transmisor de conocimientos, sino también buscar generar curiosidades y dudas en el alumno, comprometiéndose a investigar  y aprender en conjunto y de manera crítica.

No cabe duda que la aparición de este tipo de educación de tipo fastfood, obedece a que existe una población con necesidades de adquirir más conocimientos, por lo que las instituciones buscan satisfacer estas necesidades de manera rápida y rentable para sus bolsillos, pero vacía para el verdadero desarrollo profesional del alumno. Lo ideal sería mejorar las metodologías de enseñanza y crear una Malla Curricular que considere el perfil actual del alumnado demandante de este tipo de educación, en base a los requerimientos que busca satisfacer el mercado con estos futuros profesionales.

Finalmente, termino este escrito con una reflexión: Es muy posible que siempre existan malos docentes  (como mi profesor de Economía), pero lo que se debe hacer es replantear el enfoque de la enseñanza, para que así,  los alumnos y futuros profesionales los recuerden  como personas que estimularon la necesidad de aprender más y mejor, sin ser sólo simples vehículos pasajeros de información. Un enfoque pedagógico de este tipo sería una verdadera excepción a la regla, en el sentido más positivo que nuestro panorama educativo y humano a nivel país necesita.